Visita Bodega Vinícola Real

En el mes de febrero, por San Valentín, vimos un anuncio de una actividad en esta bodega que nos llamó la atención. Por razones de salud no pudimos acudir, pero decidimos aun así visitar la bodega por hacer un poco de enoturismo. Se trata de la bodega Vinícola Real. 

Se puede reservar a través de su pagina web y tiene varias opciones. Nosotros elegimos la visita y cata de 3 vinos por el precio de 25 € por persona. 

Reservamos para un domingo a las 12:00, pero nos llamaron después para cambiárnoslo a las 11:00. 

Para acceder a la visita se hace por el hotel La casa del cofrade. Tiene parking privado donde se puede dejar el coche sin problema. 

En la recepción del hotel el personal fue muy amable, nos pasaron un momento al salón a esperar pero en seguida comenzamos la visita.

Comenzamos la visita en una sala donde nos hablaron un poco de la historia de la bodega a través de sus productos, vinos, destilados y cervezas y de sus gentes. Aquí conocimos por primera vez la historia de los monjes de Albelda. 

En Albelda hay dos conjuntos rupestres: el de la llamada Peña Salagona, del que sólo quedan algunos restos y el de de la Peña del barrio de las bodegas, que se conserva en un excelente estado. Fueron utilizadas a lo largo de los siglos como refugio, vivienda, almacén de alimentos, palomares y, probablemente, como morada de monjes ermitaños. Algunas de estas cuevas son el origen de esta bodega. 

Justo al lado, encontramos una sala "multiusos" donde a parte de poder hacer catas o charlas, están expuestas algunas de las obras del pintor Luis Burgos (Varea, 1957. La Rioja). 

Después pasamos ya a la bodega propiamente dicha, múltiples galerías excavadas en la montaña, repletas de depósitos y sobre todo de barricas de roble francés o americano en sus soportes metálicos.   

Dentro de este laberinto, dos lugares captaron especialmente nuestra atención. El primero fue el "archivo", donde encontramos perfectamente apiladas a ambos lados del pasillo, una representación de todas las añadas ya embotelladas y con solera. Esas botellas están también a la venta y te las puedes llevar con todo su moho en una bonita presentación. El segundo lugar que mas nos llamo la atención fue " la Cueva del Monge donde se expone el facsímil del Códice Albeldense -año 974 -, una verdadera joya de la miniatura medieval " . Hay que reconocer que cuando hicimos la visita estábamos solos y pudimos recrearnos de una manera espectacular. 

Terminamos la visita con una cata de tres vinos y "el refrigerio del monge"  con queso, aceite y pan de centeno. 

Completamente recomendable tanto por la visita como por el trato.