domingo, 6 de marzo de 2022

¿Cómo y cuándo quitamos el pañal?

Cuando llega el buen tiempo, muchos padres se plantean la posibilidad de quitar el pañal a sus hijos. Es entonces cuando surgen las dudas, ¿Cómo tengo que hacerlo?, ¿Qué necesito?  y eso es lo que vamos a intentar solucionar aquí hoy.
Habitualmente, los niños primero controlan el esfínter anal (las cacas) y un poco más tarde el vesical (el pis). 
La forma en que los niños aprenden, es probando, lo hacen una y otra vez hasta que lo consiguen y observan al mismo tiempo la reacción de los padres. Por eso, la mejor forma de ayudarles a controlar los esfínteres, es celebrar con ellos los éxitos y quitar importancia a los fracasos, igual que con cualquier otro aprendizaje. Hasta que a fuerza de repetir, al final se establece el hábito.

¿Cuál es la edad adecuada para retirar el pañal?

La edad ideal para dejar los pañales no es la misma para todos los niños, por eso, lo mejor es respetar el ritmo y maduración de cada niño y nunca comparar a los niños entre sí. 
Cuando veamos que van apareciendo indicios de madurez, como levantarse de la siesta con el pañal seco o despertarse por la mañana en ocasiones sin mojar el pañal, es cuando nos debemos plantear iniciar el proceso. Por eso, podríamos decir que el que empieza es el niño, no los padres.  Los adiestramientos rígidos, bien por ser verano, porque empieza la escuela infantil o por cualquier otro motivo ajeno a la madurez y a la motivación del niño, con frecuencia solo consiguen que el niño se resista. De esta etapa son típicas la obstinación y las rabietas que precisan tolerancia y comprensión de los padres.
Aproximadamente la edad en la que se alcanza la madurez necesaria va desde los 24 hasta los 32 meses, pero como hemos comentado anteriormente cada niño es un mundo. También hay que tener en cuenta que el control no es instantáneo ni está exento de avances y retrocesos.

¿Qué señales pueden indicar que un niño está preparado?

- En que debemos fijarnos para saber si está preparado físicamente: que pueda caminar solo, que tenga una buena coordinación de las manos, se sube o baja los pantalones, etc.
- También es importante que sea capaz de seguir instrucciones: por ejemplo, sentarse en una silla, levantarse, imitar a alguien.
- ¿Cómo podemos saber si ya controla la vejiga?: se nota que el niño orina bastante de una vez (no en pequeñas cantidades y frecuentes). Se mantiene seco durante 2 o 3 horas y se nos damos cuenta de que va a orinar por los gestos o postura que adopta (se pone rojo, se encoge, se lleva la mano a la zona genital o a la tripa...).

¿Qué debo hacer?

Debemos tener paciencia y esperar algún que otro fallo que, en caso de que ocurra lo entenderemos.
Al principio podemos dejarle que acompañe a los padres al retrete, lo que le ayudará a ver todo más natural y quizás quiera imitarles.


 

Compraremos un orinal adecuado con la colaboración del niño, eligiendo uno lo suficientemente grande, sólido y con la base rígida. También se puede utilizar un reductor de la taza del inodoro. En ese caso conviene poner algún elevador en los pies para que pueda apoyarse.

 


Si es posible, iniciaremos el entrenamiento con buen tiempo, para evitar el frío y la ropa excesiva que dificulta las maniobras.
Procuraremos estar solos con el niño, evitando distracciones por parte de otros familiares, televisión, radio, juguetes, etc.
Colocaremos el orinal sobre un suelo fácilmente lavable y en una habitación agradable con temperatura adecuada.
Durante el día no le pondremos pañales para que note cuando se ha hecho pis. Se le puede poner una braga o un calzoncillo que haya elegido y que le guste.
Le enseñaremos a subirse y bajarse los pantalones, que deben ser lo más holgados posibles.
Le sentaremos en el orinal unos minutos (no más de 5 o 10) tras cada comida y cada 2 o 3 horas, ofreciéndole líquidos abundantes para aumentar sus deseos de orinar. También es conveniente que las cacas no sean duras, para que no asocie hacer caca con dolor. Esto muchas veces puede ocasionarles miedo a la defecación que hace que ellos mismos inhiban el estímulo, con ello las heces cada vez son mas duras y aumentan el dolor, con lo que se refuerza el miedo y termina convirtiéndose en un circulo vicioso y en un problema. 
Se puede utilizar una muñeca de las que toman líquido y “se hacen pipi” para mostrarla como ejemplo: sentarla en el orinal y alabarla cuando orine o enseñarle cómo debe hacerlo en el orinal. El niño disfrutará con las demostraciones y tenderá a imitar lo que ve.
Alabaremos en todo momento con palabras, abrazos y caricias sus esfuerzos por aprender, en este tema y en cualquier otro habito que queramos enseñar.
Cuando el niño se haga pis o caca encima, no nos enfadaremos ni le gritaremos. Con tranquilidad se le explicará que el pis y la caca se hacen en el orinal, y se le animará diciéndole que la próxima vez lo conseguirá. Le cambiaremos la ropa y le insistiremos en lo bien que está seco y limpio.
Enseñaremos a los niños mayorcitos también cómo usar el papel higiénico, cómo vaciar el orinal, tirar de la cadena y lavarse las manos tras finalizar todo el proceso.
Si acude a la guardería, es conveniente que en ambos lugares utilicen las mismas instrucciones.

¿Qué es lo que NO hay que hacer?

  • No hay que mostrar preocupación u obsesión por el tema.
  • No hay que castigar, discutir, avergonzar o regañar al niño si ocurre que hay un “fallo”. Los niños aprenden a base de repetir las cosas, sobre todo si son agradables.

  • No hay que dejarle sentado solo por mucho tiempo, ya que se aburriría o se dedicaría a jugar con el orinal.
  • Hay que evitar sobre todo que el entrenamiento se convierta en una lucha de poderes entre el adulto y el niño.
  • No hay que forzar el control antes de que el niño esté maduro: porque llega el verano, hace calor y parece adecuado ir sin pañal o porque inicie la escuela infantil... Es mejor retrasar el aprendizaje si estas habilidades aparecen más tarde. O si es un momento de cambios, como el nacimiento de un nuevo hermano, una enfermedad o el comienzo de la guardería.
  • Cuando el niño se haga pis o caca encima, no nos enfadaremos ni le gritaremos.
  • No debemos usar expresiones verbales negativas cuando le cambiamos.
  • No hay que exigirle que haga deposiciones en horas y tiempos marcados, lo que se traduce en horas sentado en el orinal, regañinas, etc.
  • Si se niega a sentarse en el orinal, no se debe insistir. Que no sea un momento de enfado.

¿Qué hacer si no lo consigue a los 3 años?

Si un niño no controla los esfínteres a los 3 años no pasa nada, se considera “normal” hasta los 5 años. Hay que observarle más detenidamente por si tiene algún problema, falta de sueño, infecciones, enfermedades, fiebres, apatía. O cualquier indicador de posibles problemas psicomadurativos. Si los padres observan algo extraño deben consultarlo con el pediatra si lo creen necesario.
A veces los niños se niegan a aprender, se enfadan y es un momento de mucha tensión para ellos. En estos casos, es mejor parar el entrenamiento y esperar un tiempo, que pueden ser meses y despues mas tranquilamente volver a intentarlo.

Cosas normales que pueden parecer problemas

Que vuelva a utilizar pañal, se niegue a defecar o se esconda para hacerlo puede obedecer a diferentes causas, como: el nacimiento de un hermano, un enfado con los padres, el inicio de la escuela infantil, el final del curso, el cumpleaños etc.
Se trata de retrocesos normales y transitorios, que deben ser afrontados sin rigideces, sobre todo si causan conflicto. Por ejemplo, en algunos niños es adecuado volver puntualmente a usar pañal si el hecho de no usarlo causa estreñimiento.
Otro hecho frecuente es que el niño se queje de la tripa o los genitales, alarmando a los padres que incluso acuden al pediatra, generando consultas y quizá pruebas innecesarias. Se debe a que el niño siente movimientos intestinales o de la vejiga, antes de defecar u orinar, que no sabe expresar de otra manera y dice “me duele”. Lo mejor es entender lo que pasa y explicarle de forma sencilla lo que siente.

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Parásitos intestinales.