Vaya timo.
Esta entrada, en realidad, no es para ti. La escribo para recordarme no volver a comprarlos. Pero si tu también eres consumidora de pescado congelado y te puede ayudar, pues sigue leyendo.
Por mi trabajo y mi tiempo libre, muchas veces no puedo ir al mercado a comprar. Por eso, muchas veces utilizo los productos congelados. Si la congelación se realiza rápidamente tras su recolección, captura, etc. y con la técnica correcta, el producto mantiene todas las propiedades nutricionales de un producto fresco.
Otra cosa es que a veces la presentación no permite hacerse una idea de como va a ser el producto final. Esto es lo que me pasó a mi con este bacalao y por eso te lo cuento. Los compré en un supermercado LUPA, pero los puedes encontrar también en la sección de congelados de otros supermercados.
Cuando los compré, al estar congelados y envueltos, parecían unos tacos gorditos de lomo de bacalao congelado, pero al descongelarlos eran unos filetes finísimos que formaban un taco mayor. El sabor no era malo y el punto de sal era el correcto. Pero pagar un precio alto por una cosa y encontrarte otra no es agradable.
Si tu quiere comprarlos, estas en tu derecho, son sanos y de buen sabor, pero luego no digas que no te lo advertí.
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